Páginas

martes, 3 de abril de 2012

"Fresy Cool", de Antonio J. Rodríguez





   A medida que avanzaba en la lectura de esta primera obra –individual- de Antonio J. Rodríguez, a medida que pasaba páginas y que me formaba sobre la novela una idea que considero válida, me acometía un insidioso interrogante: ¿Qué pensaría el bueno de David Foster Wallace si todavía pudiera leer esto? Tal vez se dibujara una mueca en ese rostro inteligente que parecía ostentar y se admirase por lo prodigioso de que un españolito con apodo de turco mostrara influencia tan explícita. No sé. Lo cierto es que a continuación solía acecharme otro interrogante, derivado del primero: ¿Conocería Antonio J. Rodríguez a DFW si no hubiera sido protagonista de tan trágico final? ¿Lo conocía antes de 2008?
   En realidad no me importa gran cosa ninguna de estas preguntas y muestra de ello es que ni siquiera me he molestado en indagar un poco sobre su naturaleza –creo que podría hacerlo con un simple clic en el archivo de su blog-. DFW es –gran- parte de la novela, pero no toda la novela. Incluso me atrevería a decir que Fresy Cool tiene del autor americano aquello que no ha gozado de tanto éxito entre el público. Esto es, que tiene algo que no está entre las mil doscientas páginas de Infinite Jest y que sí lo hace en ese libro de relatos de curioso nombre: La niña del pelo raro. Concretamente, un relato que bien podría constituirse como novela corta y que es el último de ese libro: “Hacia el oeste, el avance del imperio continúa”. Fresy Cool adapta este relato a un Madrid que ha perdido gran parte de  su condición cañí –aunque no tanto como parece- en pos de un presente futurista en que todo está francamente jodido y que recuerda a la atmósfera tan bien expuesta por DeLillo en su Ruido de fondo.
   Pero la novela de Rodríguez es mucho más que esto. En primer lugar, porque no es solo una novela. Ya se han encargado en muchos sitios de destacar lo multidisciplinar de la obra, y es precisamente en este elemento donde reside el quid de la misma. Porque no es otra cosa, en suma, que una novela plural y satírica. Una novela de autor joven que ha leído mucha literatura contemporánea y que en todo momento siente la necesidad de teorizar, de demostrar aquello que sabe –y que tanto recuerda al ego trip rapero-, pero que sobre todo escribe bien y es consciente de que este último es un rasgo de relativa frecuencia en un autor nacido después de 1970.
   Fresy Cool posee multitud de elementos dignos de reproche –no me apetece detenerme en eso y además pueden entreverse a la perfección (por otro lado algunos no han dejado de ampararse en ellos)- pero más aún es una primera novela que impacta por la contundencia de su prosa y que ante todo pide un nuevo capítulo –un  "venga, tío, ahora cuéntame una historia de verdad en plan Franzen"-. Es, además, la primera novela de más de trescientas páginas escrita en España por un autor nacido después de 1985. Una llamativa piedra de toque. 



   

6 comentarios:

  1. Que sea "la primera novela de más de trescientas páginas escrita en España por un autor nacido después de 1985" no es cierto. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Sí, fallo mío, justo en esa línea estaba previsto un -dentro de lo que sé-. De todos modos, debí añadir en una editorial "importante" o de ámbito nacional o lo que sea, porque abarcar todo el panorama editorial es una tarea francamente difícil.

    En todo caso, me gustaría que pusiera algún ejemplo. Solo por curiosidad.

    Un saludo, y gracias por la apreciación.

    ResponderEliminar
  3. Éste nació en el 85 y su novela sí cuenta historias como Franzen, quizás le guste. No se deje guiar por el aspecto.. http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/2629/Juan_Soto_Ivars-_Quiero_contar_historias_no_abrumar_al_lector

    ResponderEliminar
  4. Y tiene 400 páginas, dicho sea de paso.

    ResponderEliminar
  5. Sí, ya conocía a Soto Ivars gracias a la famosa polémica, pero no sabía de la existencia de esa novela -y para qué sirven las polémicas, se dice uno-.

    Gracias, Laura, por el dato. A lo mejor cae.

    ResponderEliminar
  6. Puedes prescindir del libro de Soto, es un mal best-seller, un escritor ridículo.

    Sergi Bellver.

    ResponderEliminar