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miércoles, 28 de marzo de 2012

Droga




   "En la cocina me encontré con el joven formal, que había ido a buscar hielo, y al que sorprendí pasándose un cubito por la frente. Le pregunté si se encontraba bien. <<Tengo que felicitarle –me dijo-. Tiene usted una casa muy bonita y acogedora. Y además no hay mucha gente capaz de comprender esto>>. Yo le sonreí y le dije que no estaba seguro de comprender nada, pero que creía que eso era  ahora lo de menos. <<Ni ellos mismos lo comprenden –asintió-. Ignoran el potencial terapéutico de esta droga: simplemente lo reciben. Estos chicos no tienen ni idea de lo mucho que influye en sus vidas, ni de hasta qué punto los salva>>. Luego me enteré de que era médico residente."



                           Luis Magrinyá, Intrusos y huéspedes




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